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Testigos de la Luz

viernes, 29 de mayo de 2009

La Iglesia de los corazones

Muchas veces nos ponemos a pensar cuanto necesitamos para sobrevivir en nuestro cotidiano vivir; es algo que nos pasa a todos, más por la sobre preocupación por las cosas terrenas es que nos olvidamos de las cosas verdaderamente esenciales, la secularización del mundo es algo que nos afecta a todos porque aunque no seamos del mundo pertenecemos a este mundo con todas sus fallas y sus bellezas.

Así nosotros llamados cristianos muchas veces actuamos de una manera no acorde con lo que profesamos y es esta dualidad marcada en un minoría ínfima es lo que me impulsa al igual que al Siervo de Dios Juan Pablo II a pedir perdón por la Iglesia puesto que teniendo a Cristo por cabeza total es una Iglesia de hombres, de corazones. Yo no puedo decir que amo de lleno a Cristo si no amo a su Iglesia, quien dirigida por su vicario el sucesor de San Pedro es medio de salvación directa. Mucho se ha tratado de esto, razón por la cual no busco ahondar en este tema.

Llama la atención lo mencionado sobre la Iglesia de los corazones, puesto que mas allá de la institución física llamada Iglesia también existe la Iglesia de los corazones, de tú corazón, del mío y los del mundo entero. Me refiero entonces con mayor precisión a la manera de la adhesión a la Fe de esa única Iglesia fundada por Cristo. Esta adhesión a la Fe cada vez sucumbe más ante los bien publicitados placeres que ofrece el mundo que guían a facilismos y supuestas seguridades. Las personas ahora tienen un sus mentes: “no la Iglesia debe renovarse, debe sacar el celibato, debe ser mas del mundo” me entristece escuchar esto repetidamente, esto demuestra como la falsa publicidad de los placeres sobrepasa la adhesión a la Fe.
Cierto es que la Iglesia debe renovarse, llegar de una mejor manera a los jóvenes, evidenciando y apelando más a sus anhelos más profundos; debe profundizar en la cultura a través de las familias y los sistemas sociales, debe velar por la dignidad humana material, física y espiritual. Viendo los signos de los tiempos debe profesar de buena manera la Verdad de Cristo y la Buena nueva de reconciliación, más la disciplina, la tradición y la manera de llevar el magisterio eclesial no pueden.

La Iglesia comprendida no solo por los obispos y el Papa, sino por todos aquellos consagrados y laicos, debe introducirse con Amor en las realidades más cotidianas de las sociedades buscando abonar en las buenas virtudes ciudadanas para el alcance de la tan anhelada civilización del Amor. Esto pues requiere la cooperación de todos nosotros, ya que la Iglesia la formamos todos y cada uno de nosotros. Somos los encargados de ponernos con seriedad y Amor a la disponibilidad -según nuestras capacidades- del anuncio del Evangelio en todas nuestras realidades, ya seamos jóvenes, niños, adultos, casados, abuelos, etc. Todos debemos adherirnos a la Fe de la Iglesia y vivirla siempre con mayor intensidad buscando irradiar el Amor de Cristo a todos aquellos que ya no creen en el Amor, debemos llevar la felicidad de Cristo a quienes viven sucumbidos por la tristeza, debemos portar la Verdad de la Fe a todos aquellos que hoy dudan y se alejan, debemos mostrar la seguridad de Cristo ante todos aquellos que viven inmersos en el Miedo, etc.

Es un arduo trabajo y cada tiene su propia tarea, si yo no hago lo que tengo que hacer, nadie lo hará y si no lo hago al tiempo que debo hacerlo probablemente es que ya no tenga el mismo efecto, ¡debemos entonces actuar ahora y portar la bandera de Cristo a todos los rincones de la tierra! Es ahora, el momento de cambiar y de mostrarle al mundo que solo en Cristo se halla la plena felicidad.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Crisis de Verdad en la Educación


INTRODUCCIÓN
Viendo la psicosis apresurada con la que el mundo quiere avanzar, incluso a costa de la moral y la razón, me situé en la intención de los centros educativos y de toda institución o personas particulares, que de una u otra forma pretenden transmitir conocimientos.
Digo transmitir y no enseñar, debido a que, como lo decía un Cardenal: la verdad es la meta de todo conocimiento[1], y siendo la verdad aprehensible, más no modificable, no es posible que se enseñe, sino que, solo puede transmitirse, íntegra e inmutable, como es.

Decía pues, la intención de éstos. ¿Cuál es verdaderamente?, o en tal caso ¿En qué fundamento se apoyan para su intención?

Hablando de mi propia experiencia como estudiante, puedo en la voz de muchos, decir como tantos que, la búsqueda y transmisión de la verdad en las instituciones educativas, es tan falsa como el bienestar que trae el relativismo.
Y es que, la preocupación por parte de los docentes porque el mundo sea un lugar más justo y reconciliado se ha transformado en una esperanza utópica en la que “todos debemos colaborar para que se convierta en una fábula”.

RELATIVISMO ABIERTO Y ALENTADO
Se vive en un ambiente netamente “liberal”, en el que cada quien puede formular su verdad, siempre y cuando no genere una polémica verdadera, en la que se quiera encontrar la Verdad Absoluta.
Fruto de esto, en vez de darnos herramientas para forjar una cultura de vida, se nos enseña a respirar y vivir bajo una falsa “tolerancia”, para así ya no ser “yo”, sino parte del “nosotros”.

No es permitida a la Verdad como algo que puede llegar a conocerse de una forma clara y concisa, como una sola, mucho menos como una Única Persona.
Y es que en el pensamiento de cualquiera puede estar el que, tanto mi idea como la suya “deben” ser respetadas por igual. Cosa que es sin duda algo muy correcto e innegable. Pero no es por esto posible, que su verdad y la mía sean ambas válidas, puesto que de ser ambas válidas, automáticamente ninguna es verdadera.
Puesto que si dos más dos son cuatro, y alguien dice que son cinco, respetaría bastante su respuesta, mas yo sé que no es correcta, y la que es verdadera es la que debe prevalecer.
No es una cuestión de quién tiene la razón y quién no la tiene, sino que, es el respetarse entre ambos, no colaborando con la ignorancia del otro, sino más bien ayudándolo a salir de la misma.

Por desgracia no todos los conocimientos que se enseñan son como las ciencias exactas, razón por la cual, la mayoría de las materias a las que están sujetas las ciencias, son objeto de un relativismo completo.
¿Cuál es pues, el fin de transmitir el conocimiento, si no es para transmitir la verdad?

Como última consecuencia de este relativismo alentado, tenemos lo “políticamente correcto”, que es abiertamente promovido, especialmente en las universidades.
Esto nos exige aceptar todo aquello que venga de otras culturas y corrientes filosóficas debido a este mundo globalizado. Pide sin más, descartar todo lenguaje objetivo apegado a la verdad, debido a que se considera “ofensivo” o “agresivo” para otras personas que no comparten “nuestra” verdad.

Y es que es sin duda, el mal uso del lenguaje, uno de los mayores factores que inciden en la crisis de verdad que se vive en la transmisión de conocimientos, que junto a una crisis moral conllevan a la creación de los eufemismos.

PENSIONE DEBOLE
En castellano “pensamiento débil”, es ocasionado por lo “políticamente correcto”.
Este pensamiento débil es uno de los puntos más graves y serios que afectan a estudiantes y a docentes.
No es ya un factor sino una consecuencia del adaptarse a esta forma de vida sistemática, en la que todo es peligrosamente tolerado. Puesto que, ya no solamente que no se cree en la Verdad Absoluta, sino que al no conocerla, la vida de la persona deja de tener un sentido verdadero y trascendente que lo lleve a desarrollarse y desplegarse plenamente como persona humana.

Como resultado trágico y verdadero, nos enfrentamos ante estudiantes universitarios y colegiales que, no solamente que han perdido el sentido de sus vidas y poseen un pensamiento débil, sino que, son completamente inseguros y experimentan en muchos casos desórdenes emocionales o problemas de valoración, debido a la fragilidad de sus criterios y la falta de verdad en sus vidas.
Cuestiones que para los centros educativos debe ser una prioridad, por tratarse de la formación integral de la persona al ser la verdad algo connatural del hombre.

LA VERDAD ES UNA PERSONA Y PUEDE CONOCERSE
Jesucristo es sin duda un nombre que, no pocas veces trae debates polémicos y tantos criterios como “verdades” subsisten en el pensamiento de cada estudiante y docente.
La Persona de Jesucristo ha llegado a ser rebajada al mismo nivel de trato que, temas como el aborto, la eutanasia, la eugenesia o las creencias religiosas.

Con esto no quiero referirme de ninguna manera a que, el nombre de Jesucristo deba ser pronunciado y enseñado. Sino que, el tener a Jesucristo como fundamento de la enseñanza de las ciencias las convierte en ciencias de Verdad. Pues, como el Señor es solo Uno, solo una es la verdad de la ciencia que se transmite a los estudiantes.

Verdaderamente la transmisión de estos conocimientos, y el promover la búsqueda incesante de la verdad, lleva de forma inevitable a la persona a un encuentro seguro e ineludible con la Persona de Jesucristo, desde cualquier ámbito de la educación y bajo cualquier método que promueva la auto-formación de los alumnos.

 

LA LIBERTAD DEL HOMBRE ESTA BASADA EN EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD
La educación al igual que el hombre sufren incesantemente una verdadera prisión, en la que ambos son privados uno del otro.
Puesto que, tanto los docentes que transmiten una falacia trastocada como los estudiantes que poco o nada les importa ser parte de la prostitución de la verdad. Son partícipes directos de la verdadera esclavitud del hombre.
Increíblemente el factor más influyente en la crisis de verdad en el mundo, radica en ésta educación que comienza ya desde los colegios y continúa en las universidades.

En tiempos de antaño el hombre vivía otro tipo de esclavitudes que invitaban al corazón del hombre a luchar por lo que defendía. Ahora, la diferencia entre esos tiempos y los nuestros es que, no tenemos ya qué defender, y aún así seguimos siendo esclavos. Y es que, la única explicación de esta tragedia es que, aquello que en antaño se defendía se fundaba en la verdad, mas ahora que la verdad ha sido opacada por el relativismo en todos sus niveles, hemos perdido lo que podríamos defender.

 

Como una conclusión no me es posible resumir la problemática que se vive en la educación, sin embargo es posible evidenciar con las causas, las soluciones.
En definitiva estamos llamados a ser forjadores de una cultura, para llegar a ese mundo más justo y reconciliado que indirectamente anhela el hombre, dándolo a entender a través de sucedáneos.
Es estrictamente necesaria, no ya la transmisión de los conocimientos, sino el pregonar la Verdad a través de los mismos. Sin olvidar desde luego que, será esta una idea solamente, si es que no se cree que la Verdad es Jesucristo, mucho menos si sabiéndolo no es conocido.
El ambiente de las universidades y los colegios comprende el campo de apostolado más importante después de la familia. E indudablemente, lo que en estas etapas se aprende condicionan la forma de vida del hombre, a pesar de no determinarla.

Comprende verdaderamente una injusticia social el reverenciar al relativismo, así mismo como comprende una responsabilidad ineludible el ser cristiano y evidenciar a Jesucristo en estos ambientes, puesto que, siendo docente o siendo estudiante, son portadores de la Verdad.



 

 



[1] Ver John Henry Newman, The idea of a University 

martes, 26 de mayo de 2009

El Amor más grande

El Amor, es la llama del Corazón,
El Amor, mueve a la caridad al hombre con su hermano,
No hay más que pensar en esta vida,
Sino cuanto se ama al prójimo en este mundo.


Solo el Amor es capaz de sufrir y de morir por otra persona,
Solo el Amor mezcla alegrías y dolores como blancas flores,
En torno al corazón del hombre.
Es la llama que motiva a salir al encuentro,
y que permite verlo todo con el alma,
conectada a profundidad con su creador.

El Amor, es el reflejo papalble de la existencia de la Vid,
no es una temática utópica, ni se reduce a un mero sentimiento,
sino que se extiende alrededor de toda la vivencia humana.
solo Él, el Amor hecho carne, puede evidenciar al hombre,
su profunda sed por vivir el Amor; la reconciliación.

Él Amor es tan grande, que mueve al hombre a compartirlo con el cirineo,
Permite amar al único Dios y no como muchos al dinero.
El concepto del Amor, demuestra un vasto horizonte imcomprendido,
Que erige imponente una montaña,
Que ayuda al hombre a entender el verdadero sentido del camino emprendido.

El puño del hombre se doblega, el insulto del cobarde se silencia,
El latigo y el hacha del verdugo se rompen, y el corazón se abre,
Y florece tan solo por inercia, por la llama que al corazón de Amor incendia.

Tanto Amó Dios al Mundo, que envió al Unigénito suyo
a hacerse hombre en el vientre de la Amante Sierva,
donde desde la Cruz salió ganando el Amor redentor,
que florecio como un capulló
y aplacó el reinado del Enemigo Pecador.

"Amaos los unos a los otros" comando,
"tanto como os he amado a vosotros Yo"añadió.

viernes, 22 de mayo de 2009

Las Sagradas Escrituras y el hombre actual


Introducción, basada en el Evangelio de san Mateo

Jesucristo en carne propia y por propia voluntad, experimenta el dinamismo de la tentación, a la vez que el demonio demuestra toda su maldad eterna y su espíritu lleno de odio que se dispersa en las tres direcciones. Hacia Dios, hacia él mismo y hacia la Creación toda.

Comenzando por el escenario en el que se desarrolla esta situación bíblica[1] que es completamente fundamental para entender la estrategia del enemigo, a la vez que la correcta forma de enfrentarlo.
Jesucristo había ayunado ya cuarenta días, cuando el Espíritu Santo lo condujo hasta éste desierto para ser tentado por el diablo.
De la misma forma que fue tentado Adán en el Génesis de la historia, debía ser tentado el Hijo de Dios, como el Nuevo Adán que nos daría la libertad.

Jesús responde a cada una de las tentaciones de una forma tan cortante y precisa que rápidamente aclara la nulidad de un diálogo. Sin embargo es inevitable ver la sabiduría con la que el demonio cita las Sagradas Escrituras, sin duda, con seguridad e intención malsana.

Las Sagradas Escrituras en el combate espiritual

Muchas veces se comete pues, el error de entrar a un “diálogo” con el tentador. Algo que sin duda termina siempre de mala manera, debido a la concupiscencia que denota mi humanidad.
Jesucristo también recurre a las Sagradas Escrituras para triunfar en la tentación, algo que sin duda es un punto valioso para el actual combate espiritual.
Sencillamente la ignorancia de las Sagradas Escrituras se asemeja a la ignorancia de un hombre que vive en este mundo sin saber cuáles son sus derechos y obligaciones. Puesto que, debido a esta ignorancia cualquier persona podría violar sus derechos sin que ésta tenga opción a saberlo siquiera.  

A pesar de no terminar de comprender el alcance de maldad que el demonio como ente puede llegar a tener, me es necesario comprender a las Sagradas Escrituras como un arma necesaria. Arma que sin duda los santos utilizaron diariamente para triunfar ante las acechanzas del tentador.
Las Sagradas Escrituras como inspiración verdaderamente divina, escrita por hombres de Dios que tuvieron la Gracia de ser elegidos para tomar parte de este Plan salvífico del Altísimo.

Las Sagradas Escrituras ante la sociedad actual

Por otro lado ante una sociedad que vive una constante psicosis del cambio[2], es necesario entender y hacer entender que la Palabra de Dios no es mutable sino eterna. Estática pero dinámica.
Proclamar el verdadero Evangelio de Jesucristo, que demanda fortaleza intelectual y espiritual para enfrentar ya no solamente las acechanzas del enemigo, sino la palabrería de este mundo globalizado que busca siempre lo novedoso y atractivo, que llene al espíritu de sensaciones agradables y pasajeras, cegando por completo a la razón que fundamenta una fe utópica.
Puesto que, la verdadera crisis del hombre es la crisis del Evangelio.
Defender la Palabra de Dios ante el subjetivismo moral y en todo sentido, antes que atacar con la misma a los expertos del error cuyo fanatismo mundano no les permite ver la Verdad objetiva del Evangelio de Cristo.

Es necesario pues, ver a las Sagradas Escrituras no ya, como un libro antiguo que en su tiempo relata la salvación de un Pueblo y luego la del mundo entero, sino un puente para un verdadero encuentro con la Persona de Jesucristo en todo Su esplendor y Comunión de Amor, que en una visión óntica, muestra al hombre cómo ser más humano y participar de la Bondad de Dios que a fin de cuentas es  la vocación de nuestra esencia, como lo describe el santo de Hipona en sus Confesiones: “Porque nos hicisteis para Vos, y nuestro corazón está inquieto mientras no halle descanso en Vos”[3].

En definitiva, quien no hallare la Voz de Dios en las Sagradas Escrituras es debido a la bulla interior que experimenta a cada segundo.
No se trata de un constante pensar en Dios, sino de hacer de la vida cotidiana una oración a Dios. Es esto lo que nos lleva a un encuentro seguro con Él en las Sagradas Escrituras, puesto que Él no se esconde ni huye, sino que está allí esperando no de manera pasiva, a que nosotros nos acerquemos.
Después de todo El ha tomado la iniciativa en todo momento[4]para llegar a ese encuentro anhelado entre la criatura y su Creador. 

 



[1] Mateo 4, 1-11

[2] D. Luis Fernando Figari, ponencia en el I Congreso de Espiritualidad Sodálite

[3] San Agustín, Confesiones, pág. 110 Capítulo I

[4] Apocalipsis 3, 20 

El cristiano del siglo XXI

Una triste realidad

En estos momentos el hombre vive una triste realidad, sofocado bajo el ruido y los apuros que el mundo globalizado le representa es él mismo alentado a vagar por la tangente de su realidad relativizando asi su propia existencia. La humanidad de nuestro tiempo vive atribulada por su mismo pensamiento gracias a la actitud que este toma frente a la realidad que lo circunda una realidad que lo inunda con superficialidades con cosas sin importancia suma; actualmente el secularismo que viven nuestras es tal que el hombre a tornado a ser en su intimidad algo aún menos importante que un descubrimiento cientifico cualquiera.
Se dice que el siglo XXI es siglo de las luces, de los descubrimientos, pero lamentablemente no es así como diría un afamado escritor ecuatoriano son tiempos de extremo vacío (Raúl Perez Torres). El mundo ahora busca su fundamento y su sentido dentro de lo material del capitalismo consumista donde el ser humano no es mas que un producto; en medio de regalos y dinero, de bienes y fama, podemos ver también llanto y triteza, dolor y soledad. Los jovenes de esta epoca viven con el pensamiento de que todo lo tienen facilitado, los engremientos dentro de los mismo afloran como los girasoles al llegar el sol. Viven sumidos y enfrascados en la niebla de de esta gran parodia vivencial, lo que no saben es en que estan desgastando su vida, sus sentires. Ellos claman de amor, de comprension, de libertad, de Amistades verdaderas pero lo malo es que no ven más alla de sus propios ojos que donde se vislumbra el horizonte infinito de la plenitud agraciada de propia existencia.

Papel del “Cristiano” frente a su entorno

Al decir cristiano no me refiero a un simple nominalismo sino más bien a una realidad que a lo largo de 2000 años sigue latente puesto que es verdadero camino y sentido del mismisimo ser humano. El cristiano del siglo XXI tiene pues un papel fundamental en el desarrollo holistico e integral de aquellos que lo rodean puesto que tiene como misión vivir una vida donde así como en el caso de San Pablo ya no sea él quien viva sino Cristo quien en él viva. Y así como a él es el Señor Jesús quien nos ha puesto como padres de muchas gentes y naciones (Rom 4,17). Es por esto que se debe vivir la vida de acuerdo al evangelio, es decir, la vida que el Señor Jesús nos ha enseñado a vivir; una vida desplegada en el amor, en la caridad y la constante esperanza. Son estos parametros los que Cristiano de nuestro tiempo debe aplicar pues en su vida cotidiana; en su trabajo, en su hogar, con los amigos, familiares, en su sociedad en general. Puesto que Una sociedad forjada en Cristo es una sociedad de amor y un anticipo del Reino de los Cielos

Hacia una vida reconciliada

Para poder llegar a un cambio notable dentro de nuestra sociedad actual es deber de todos nosotros vivir una vida reconciliada, es decir, una vida conversión constante y de perfeccionamiento en nuestra docilidad ante la inmensidad y la bienaventuranza del Plan de Dios hacia con su nosotros y con su pueblo en general. Esto se puede lograr pues a través de la meditación constante que adentra nuestro pensar a la adhesión personal frente a los misterios de la vida Cristo que son en sí misterios mismos de infinita piedad hacia con nosotros los hombres.

La piedad de la cual hablo esta totalmente ligada a la misericordia divina de nuestro padre Dios hacia con nosotros pues es esta un amor mas poderoso que el pecado y más fuerte de la muerte (J.P. II – Reconciliato et Paenitentia)

Y aunque sintamos muy grande el horizonte que se nos plantea ahora debemos pues eregirnos como postas de reconciliación de los hombres y como lideres dentro de los mismos para así inundados de total verdad y Gracía cristiana guiar a los mismos al esplendor de la verdad (J.P. II encicl. Veritatis Splendor) quien es Cristo mismo que permanece con nosotros en el gran misterio eucaristico y a su vez dirige pues con su Santo Espiritu a su Iglesía que con María nuestra Madre hacen el papel de Maestras de conformidad y plena adherencia Con Cristo Jesús, es por esto que acogiendonos bajo el manto protector de María encontramos reposo en los momentos dificiles y es al tomar su mano que vamos guíados al encuentro con el Señor purificando a la vez nuestro corazón que comprende más de lo que se piensa. Purificarnos comprende tanto limpiarnos de nuestro pecado y nuestra iniquidad y a su vez cumplir el plan de Dios pues el nos penso desde antes y nos consgro a una misión dentro de la cual vemos adjunta el cumplimiento pleno de nuestra primera y maxima meta que es ser Santos.

La santidad es concreta y no ambigua

La Santidad hasta nuestros días es algo que existe y comprende dentro de Sí la plena realización del hombre según el Plan de Dios. Pero la santidad hay que buscarla, quererla puesto que uno no puede ser Santo si no se impulsa a sí mismo a serlo, requiere pues una constante actitud de cooperación con la Gracía para alcanzar así la felicidad plena que tanto anhelamos que solo la podremos encontrar en Cristo pues fue él quien desde un principio unió por siempre la Santidad con la plena felicidad (S. Tam, Boletín de Agrupaciones - NSR ) es por esto que podemos decir que la santidad es también posible dentro del margen de nuestros tiempos puesto que lo único que nos falta es un poco de esfuerzo y dedicación ante planeamiento de adhesión a Cristo. Por eso es que siguiendo las Enseñanzas de San Pablo hay aplicar a nuestro cotidiano vivir la Cristonomia Existencial o más aún para un sencillo comprender hay que vivir como dentro del sodalicio de vida cristiana la parte de la espiritualidad que comprende la existecia del hombre dentro de la vida mariano Cristocentrica, es decir, tonar nuestra vida toda y ponerla al cuidado del Amor maternal de María para que ella misma nos eseñe las lecciones de su Inmaculado Corazón y nos lleve de la mano al encuentro gozoso y fraternal con el su hijo Jesúcristo.

martes, 19 de mayo de 2009

El sentido de la vida

¿Cuál es el sentido de mi vida? Incesante pregunta en el corazón del hombre; más el clamor de tal corazón muchas veces es silenciado con respuestas perecederas, con sucedáneos .
El mundo actual seduce al ser humano y le vende una falsa imagen de sí mismo cambiando los conceptos fundamentales de su vida y adaptándolas a sus necesidades y ambiciones monetarias, logrando de esta manera que el hombre contemporáneo se vea sumido en una demencial asincronía existencial; pensando una cosa y viviendo otra totalmente distinta.

No cabe duda que este mundo busca destruir los profundos anhelos del hombre y convertirlo en un mero producto, algo consumible, un cliente más. Ya nadie piensa por si mismo, nadie busca la verdad, ahora todos se conforman con lo minimalista, con lo fácil, ya nadie quiere esforzarse, buscan su futuro cuando ni siquiera están viviendo el presente. En la época hodierna el mundo avanza de rápido en veloz, acelerado por las presiones de su propia existencia el ser humano fuga de su realidad y le quita todo sentido a su vida mediante suicidios, asesinatos, abortos, etc.
Solo hay una verdadera Vida, no hay maneras más fáciles, ni métodos acelerados. Tal cual decía Platón en su explicación del Mundo de las Ideas “El ser humano viene de un mundo perfecto y permanece en esta tierra solo recordando todo de cuando vivía en la perfección” San Agustín; Obispo y Doctor de la Iglesia, descifro este hermoso pensamiento y lo cristianizo dando razón de que lo que platón quería decir era que: todos vinimos de la Gloria del Padre y que en este mundo vivimos y que el día de la parusía lo único que haremos será retornar al lecho del Padre. ¡Qué hermoso este pensamiento, qué gran tesoro nos dejó Platón!

Así pues cabe preguntarse ¿nosotros que anhelamos la transcendencia, la felicidad, el Amor, donde ponemos nuestra esperanza? ¿A qué se supone que nos aferramos? A muchos jóvenes he escuchado decir que saben a qué se aferran sus tan inalcanzables metas, pero al preguntarles no saben ni siquiera que quieren alcanzar en realidad. Esta es una triste situación, que pasa en todos lados y con muchos jóvenes, adultos, etc.

¡Él Cristo es la Palabra Viva! Él es el verdadero Camino, la verdadera Verdad y la verdadera Vida, quien más que Él, podría mostrar al hombre el objetivo de su vida; el sentido y la misión para la cual fue creado. Dios creador, por su infinito Amor decidió hacer ese Amor carne y mando al Buen Pastor a recolectar de la guarida del lobo a sus queridas pero pérdidas ovejas. En la Cruz vemos como el Señor redimensiona nuestras vidas y les da un sentido totalmente amoroso y clara evidencia de esto son estas hermosas palabras: “no hay mayor que quién da la vida por sus amigos” ¿Dar la vida por los demás? ¿Amar tanto? ¿Anunciar con la Vida el Evangelio? ¿Jugárnosla con los que nos hacen daño o perdonar setenta veces siete?
Todo esto y mucho más nos pide el Señor Jesús, la cuestión es si estamos lo suficientemente conscientes del origen de nuestras vidas y del típico ¿Porqué estoy aquí? ¿Cuántas veces nos hemos preguntado esto sin hallar una verdadera respuesta? Lo más probable es que al buscar hallamos buscado en cosas del Mundo y no en Dios; quien es el Alfa y el Omega, el principio y el fin.

Basta terminar este escrito con las hermosísimas palabras del Siervo de Dios Juan Pablo II “¡Jóvenes abridle de par en par las puertas a Cristo, No tengáis miedo!” y como no recordando la completa añadidura que realiza el Santo Padre Benedicto XVI sobre este mensaje “Él no quita nada y lo da todo, Cristo nos concede siempre el ciento por uno”.
Pon en Cristo tus esperanzas y tú corazón al pie su Cruz solo así podrás ver la misión a la que el Señor te llama, solo así podrás descubrir el verdadero sentido de tu vida. Rézale a Santa María, Madre nuestra por designio Divino, cuéntale tus problemas y encomiéndale tu peregrinar en esta tierra.

María, Virtuosa y Santa Mujer, cuya Humildad resalta inigualable a través de los tiempos nos enseña a ser cada vez más como Jesús, ella nos muestra el Rostro Amado de su Hijo y nos conduce de la mano por la hermosísima senda del Camino de Cristo; el camino de la Reconciliación. Al igual que Juan Pablo II todos debemos siempre encomendar nuestra vida toda a Santa María y decir a fuerte voz ¡TOTTUS TUUS María! Pues “Por Cristo a María y por María más plenamente al Señor Jesús”.