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Testigos de la Luz

viernes, 30 de abril de 2010

CONSIDERACIONES SOBRE LA PEDOFILIA & LA IGLESIA



ciertamente este tema de la pedofilia ha tomado las riendas de las noticias de los medios de comunicación masivos, en los últimos meses transcurridos. Variadas posturas ha sido asumidas por diferentes frentes humanos, por las personas y por las instituciones dentro y fuera de la Iglesia. Muchas si bien es cierto son validas por la libertad de cada uno son en pocos o algunos puntos totalmente infundamentadas e hirientes. Muchas de las denominaciones cristianas de nuestros días han aprovechado la prensa difamatoria y exgerada en contra del Papa y de la Iglesia para acaparar a mas fieles en sus grupos, en especial católicos no formados que en vistas de estos acontecimientos han visto en duda su Fe sobre si la iglesia católica no fuese en realidad la Iglesia de Cristo y los Apóstoles.

Primero hay que entender en sí que es la pedofilia y para eso la RAE nos ilustra de la siguiente manera: «la paidofilia o pedofilia viene del griego παῖς, παιδός: niño y filia respectivamente; la atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes». Esta enfermedad está considerada como una patología psicológica, es decir, un trastorno mental de la persona que siente de alguna manera que eso es parte de su conducta como ser humano normal.
Los pedofilos consideran pues que esto es una condición normal de su relación interpersonal con los niños o menores, ellos afirman de alguna manera que su patología mental viene fruto de una carga de estrés o de soledad muy profundas que los llevan a descargarse con el joven o la joven para poder liberarse de esa asfixiante carga.

Luego de entender que es la pedofilia y cual es la excusa mental con la que los pedofilos avalan estas acciones suyas, hay que buscar comprender primero porque sucede esto en los miembros de la iglesia católica, luego porque se utiliza para difamar su santidad y subsiguientemente porque a raíz de este problema se busca “modernizar a la Iglesia y acercarla más a la realidad del mundo”.

Muchos alegan de que en la Iglesia católica, en especial en el clero esta patología se difunde por como decíamos antes “una alta carga de estrés o soledad”. Cabe preguntarse que tan lógica es esta afirmación ya que ciertamente los sacerdotes están inmersos en la realidad del mundo, interactuando con el mundo. A opinión personal creo que esto se debe a una incipiente formación incluso desde el seminario, donde el futuro sacerdote recibe un acompañamiento de discernimiento de su vocación para que justamente este tipo de cosas sean reconciliadas, o combatidas a la luz de los criterios lógicos y evangélicos.Yo personalmente creo que el asunto radica en la compresión de la persona, del ¿quien soy yo y quien es la persona que está al frente mío?. ¿Cual es mi dignidad y la suya?. Parte de la cura -por asi decirlo- de esta patología radica en la reconciliación con la propia mismidad de la persona que teniendo a Cristo como norte y fundamento de su vida aprenda a ser como Él y a vivir en Él su relación con los hermanos y la creación toda. Efectivamente parte del alimento de eta patología se encuentra en el propio pecado que nublando la visión recta del hombre lo desvirtua; lo hace un animal. Por eso es importante la reconciliación en Cristo, porque como dice la Gadium Et Spes n° 22 «Cristo le muestra al hombre el verdadero hombre y le descubre la sublimidad de su vocación».

Ahora, mencionabamos antes que muchas sectas pseudo-religiosas utilizan la mala y difamatoria propaganda de los medios de comunicación masiva para desvirtuar la santidad sobre la cual esta fundada la Iglesia de Cristo. He leido en blogs y publicaciones de las instituciones de diversas denominaciones cristianas e incluso pseudo-religiosas palabras relamente hirientes contra la Iglesia, lo cual me resulta en muchos casos impresionante por el hecho de ver como de algo que sucede en el aproximadamente 0.010% de los sacerdotes de la curia pueden llegar a poner en tela de duda la santidad de la Iglesia fundada por Cristo y dejada a manos de San Pedro «Tú eres Pedro [petrus] y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Indudablemente al ser la Iglesia fundada por Cristo, la misma es Santa porque aquel que la erigió es Santo y también es pecadora, pues nosotros mortales que vivimos en la Iglesia somos seres contigentes marcados por las rupturas interiores del pecado original y con tendencia a las conscuspisencias del poder, placer y el Tener. Por esto los fieles aspiran a a la perfección sobre la cual se funda la Iglesia que es Cristo mismo pero no son perfectos porque dependen de la Gracia Divina y de la compañia de Dios para caminar en norte a esos ahnelos profundos de cada uno. Como deciamos muchos fieles han abandonado la iglesia católica pues han visto flaquear su fe de manera subjetiva argumentando que la Iglesia “si comete este tipo de delitos no es la Iglesia de Cristo”. Según el diario Sudwest Presse «Solo en marzo, dos diócesis del suroeste de Alemania han perdido más de 5.000 miembros. La diócesis católica de Friburgo habría registrado las bajas de 2.711 personas en el mes de marzo, más del doble que en el año anterior (1.058). En la de Rottenburg-Stuttgart, 2.676 católicos habrían abandonado la Iglesia» y esto también nos habla de la urgencia de la formación de los laicos que por lo visto muchos tienen una Fe débil y por consiguiente ante estas sacudidas se ven heridos y abajados. Cabe recordar sin miedo que es Cristo mismo quien dijo «A ustedes también los perseguirán porque el discipulo no puede más que su Maestro» y a la vez nos conforto con su eterna presencia real en la eucarístia y con el Espíritu Santo a través de los sacramentos diciendo «No temaís, yo estaré con ustedes hasta el fin de los días».

Aunque muchas plantean la ilógica idea de “modernizar a la Iglesia y acercarla más a la realidad del mundo” como antes mencionabamos, no debemos dejarnos convencer de estas falaces utopías. No porque los sacerdotes se casen se va a acabar o disminuir la pedofilia en los sacerdotes, no porque dejen de vestirse como tales serán mucho más cercanos a sus fieles, no porque la Iglesia acepte la homosexualidad como algo naturalmente válido habrá mayor comunión con la iglesia. Ideas como estas son las que nos vende el mundo buscando alejarnos de Dios y la Iglesia que el fundó y que camina a su encuentro eterno con el auxilio del Espíritu Santo. Ante todo hay que ser fieles al Magisterio, a la tradición de la Iglesia que se extiende riquísima al mismo Cristo y los primeros apóstoles, al Sucesor de Pedro y a los sacramentos. La fidelidad, la formación, la vida eclesial son pilares de la santidad de cada uno. Ser hombres de Iglesia; otros Cristos en la tierra pues como dice la Madre Angelica, Clarissa y fundadora de la red televisiva católica EWTN «todos estamos llamados a ser grandes Santos».

domingo, 25 de abril de 2010

Consideraciones del servicio en la vida de María.

Siempre es oportuno poder reflexionar sobre el papel de la Madre en nuestra vida como cristianos; Ella ciertamente por su papel de Madre del Redentor nos descubre el camino de las gracias necesarias para Seguir al Señor en el proceso configurativo de la vida personal y del mundo con el Divino Plan del Padre para cada quien.

Su persona abierta a la Gracia, su ejemplo de vida orante y su plena disponibilidad para acoger con alegría el Plan del Padre nos enseñan incontables lecciones de vida cotidiana para nuestra propia respuesta al Plan de Dios. Ella desde siempre estuvo inmersa en la vida del Señor y de los apóstoles, vivía desde su cercanía con el Señor y la comunidad cristiana naciente esa dinámica eminentemente apostólica de aprender y enseñar. Como nos iluminan las citas “María acogía todo y lo meditaba en el corazón” y también en la visita a su prima Isabel “se levantó María y se fue con prontitud […] en casa de Zacarías y saludó a Isabel”.

El servicio para la Madre no era algo accesorio en su vida, sino más bien la fuente de su impulso, la caridad como fundamento y expresión del Amor Divino era su motivo. Ella respondiendo con fidelidad al Plan de Dios buscaba con todo su ser transmitir al mundo a través de cosas muy puntuales el Amor Divino en la tierra. Ella nos demuestra que el servicio comunitario en la vida del cristiano es dinámica irrenunciable para la vida de conformación con el Señor Jesús y es fundamental para el desarrollo del mundo según los Designios del Padre.
Todo en ella nos remite a un servicio constante a la vida de la Iglesia y de los Fieles hermanos que la conforman. Ella con su ejemplo nos impulsa a salir al encuentro de Cristo y de los hermanos todos en una dinámica de oración y de acción siempre con el corazón dispuesto para acoger en nuestros corazones la Gracia. Todo en la Virgen Nazarena nos enseña sobre la plena disponibilidad apostólica que todo fiel debe cultivar con esmero y ardor diariamente.

El Amor se mide en términos de entrega, así es el verdadero Amor, el que se dona, el que sin siquiera mirar la propia necesidad se dona completamente y con prontitud a colmar la necesidad del otro. Urge entonces mirar en el rostro del hermano al mismo Cristo que por Amor se hace pobre, mendigo, sordo, cojo, cercano para que nos acerquemos a Él y vivamos la plena caridad. Todo nos enseña la Inmaculada, para ella todos eran Cristo y ciertamente así también debe ser para nosotros. Cristo está realmente presente en el hermano. En aquel que pasa por la calle y me saluda, en aquel que me pide ayudarlo a cruzar la calle, en aquel que me pide que le ayude llevándole algo, en el hermano de otra denominación cristiana o religiosa. Cristo está en todos porque Él se hizo hombre como nosotros en el vientre la Madre Purísima para demostrarnos que de Dios venimos, que Él pertenecemos. Él es el Buen pastor y nosotros su rebaño. Por eso todos los hombres podemos clamar como San Agustín “Señor de ti venimos y mi corazón no estará tranquilo hasta que no repose en ti”.