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Testigos de la Luz

domingo, 20 de marzo de 2011

La palabra de Dios en tiempos de Cuaresma

La palabra de Dios en este tiempo de cuaresma nos habla sobre la batalla victoriosa de Jesús sobre las tentaciones del maligno en el desierto, de la transfiguración del Señor, del encuentro con la samaritana, con el ciego de nacimiento, la resurrección de Lázaro; en fin. El Señor se hace camino hacia nosotros realmente a través de esta Palabra quien es Él mismo que se transmite a nosotros «en espíritu y en verdad». A través de ella Jesucristo nos va educando, nos va haciendo sensibles ante su presencia, Él nos enseña el camino para la verdadera humanidad.

Así es como toda la Iglesia por igual medita sobre este camino, se prepara con firme esperanza para aquel momento en que podrá gozarse en la Gloriosa resurrección de Dios en la pascua. Todo en la palabra de Dios en este tiempo nos lleva como comunidad eclesial a ese momento culmen de nuestra fe; la resurrección de Cristo, de ese Cristo que ha vencido a la muerte con la propia muerte. Jesucristo nos habla a través de su palabra, así busca Él hacerse vida en nuestras vidas, en nuestras realidades cotidianas, nos invita a alejarnos del ruido de la vida diaria para sumergirnos en la presencia de Dios –como nos dice el Santo Padre en su mensaje para esta cuaresma- a través de esta palabra de Dios es que somos llevamos «como los apóstoles Pedro, Santiago y Juan «aparte a un monte alto» para acoger nuevamente en Cristo…el don de la gracia de Dios» (allí mismo) que es Dios mismo.

El Señor con su palabra en este tiempo cuaresmal busca entrar en el corazón de cada uno de nosotros, busca fundirse en nuestras vidas y con ella nos pregunta incesantemente “Yo Soy la resurrección y la Vida, el Camino y la Verdad plena ¿Crees en esto?” así nos interpela, nos llama a la sinceridad con nosotros mismos, con Él. Y así el Señor nos atrae a vivir esa coherencia entre la fe y la vida, nos invita a retornar a lo esencial de nuestra existencia, de nuestra identidad más profunda. Dice el Papa Benedicto XVI en su mensaje cuaresmal « El itinerario cuaresmal, en el cual se nos invita a contemplar el misterio de la cruz es «hacerme semejante a él en su muerte» para llevar a cabo una conversión profunda» todo el mensaje de Cristo en este tiempo nos invita a esa metanoia ese “cambio de mente” que logre –como nos dice el Papa- «orientar con Decisión nuestra existencia según la voluntad de Dios».

Meditar pues en la Palabra de Dios es meditar en aquella respuesta de Aquel «que ha cargado con nuestras culpas» para la propiciación de nuestros pecados,  es meditar seriamente y con voluntad decidida en la respuesta firme y amorosa de Aquel cuyo alimento es «hacer la Voluntad del Padre». Nos dice el Santo padre sobre esta palabra de Dios que domingo a domingo escucharemos que: «meditándola e interiorizándola para vivirla diariamente, aprendemos una forma preciosa e insustituible de oración… -que nos permitirán- entrar en la intima comunión con Él y nos abre así a la Esperanza que no falla, a la vida eterna».  Y es que en este escuchar la palabra de Dios y hacerla vida en nuestros corazones vamos viviendo la vida del mismo Cristo; su Pasión, su muerte y su resurrección. Dios sigue hoy hablando a nuestro corazón, en la escucha atenta a su voz vamos plenificando nuestro ser alimentando en nosotros el camino de fe al que nos abrió las puertas con el Don del Bautismo hasta poder llegar con Él y en Él a la comunión plena a la que nos quiere atraer cotidianamente por amor.

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