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Testigos de la Luz

viernes, 1 de julio de 2011

¿que es la felicidad?

¿Qué es la felicidad? todos nos lo hemos preguntado, aquella pregunta acuciante, que nos interpela hasta lo más hondo de nuestro interior. La nostalgia de saber que estoy llamado a ser plenamente feliz y muchas veces no saber donde debo encontrar ese camino que me haga verdaderamente feliz, es una de las experiencias más hondas, sinceras, profundas y reales que puede experimentar una persona.

Para muchos la felicidad esta en un carro último modelo, para otros en una casa, en un buen trabajo, tal vez en muchos hijos, tal vez en no tener ninguno, tal vez sea en viajar, tal vez sea en correr, a lo mejor les gusta jugar, a lo mejor les gusta leer, tal vez les gusta plantar, a otros manejar, a otro surfear, a otros acampar, a unos estudiar, a otros explorar, tal vez experimentar, descubrir, ahondar, bucear, volar, escalar, navegar, ayudar, filosofar, comprar, vender, probar, hacer… en fin, ver como para muchos la felicidad tiene connotaciones distintas siempre nos lleva a preguntarnos ¿Qué es verdaderamente la felicidad?. Lo que es bueno para los demás, no necesariamente también es bueno para mí.

Lo que para unos es felicidad para mi puede ser tristeza, lo que para unos causa alegría bien puede causarme temor, lo que para unos es lo más pleno, para mi puede ser algo tan solo causal. Ante un mundo en el que todo está así de relativizado, descubro en mi interior que anhelo ser feliz y que busco con ansias la felicidad que pueda saciar plenamente mi vida; elevarla al infinito, pero también veo dudas, surgen en el corazón las neblinas que me ocasionan mis propias fragilidades y temores ¿Seré feliz así? ¿Será ese el verdadero camino que debo tomar? –Algunos incluso se cuestionan fatalistamente, como quien ha perdido toda esperanza de alcanzarla- ¿Será que acaso si existe la verdadera felicidad?

  Tras 25 años de pontificado, el ya muy enfermo papa –hoy beato- Juan Pablo II dijo, momentos antes de entrar en estado de inconsciencia por su enfermedad, «Soy feliz, sedlo también vosotros». Creo que su testimonio, su vida toda es un testimonio elocuente de quien siguió con firmeza aquella felicidad plena; poder ser verdaderamente el “Alter Christus”, otro Cristo. y esa es también la experiencia de muchos hombres y mujeres que han sabido atender a lo profundo de su corazón, que haciendo silencio, se han preguntado una y otra vez y otra vez sobre el sentido de sus vidas, sobre aquello que dará a sus vidas un horizonte infinito, la plena felicidad.

«Queridos jóvenes, la felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis derecho de saborear, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret, oculto en la Eucaristía. Sólo él da plenitud de vida a la humanidad. Decid, con María, vuestro “sí” al Dios que quiere entregarse a vosotros. Os repito hoy lo que dije al principio de mi pontificado: “Quien deja entrar a Cristo (en la propia vida) no pierde nada, nada, absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande”.» nos dice con una certeza de vida el Santo Padre Benedicto XVI.

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