Sucribete a nuestro feed

Testigos de la Luz

jueves, 2 de febrero de 2012

Ser emevecista – camino de santidad:



Para poder hablar sobre la identidad emevecista tendría que empezar por mi identidad emevecista y tendría que ver mi corazón al fondo y no puedo hacerlo sin Dios porque nadie me conoce mas a fondo, a través de la oración.

Lo primero.- ¿Qué es ser emevecista?
Los estatutos del mvc dicen así: “son miembros del mvc –emevecistas- todos aquellos católicos, clérigos, consagrados o laicos, que se vinculan por la participación activa en las diferentes asociaciones o áreas apostólicas del mvc” el libro MVC ¿Qué ES? Dice: “su identidad esta signada por su eclesialidad y por su vocación al apostolado, que marcan la vida y el compromiso de sus integrantes.”
Creo que los estatutos definen claramente lo que es ser emevecista, creo que el libro “mvc ¿Qué es?” también nos aporta un definición sencilla y consisa de que cosa es ser emevecista, de que cosas mueven a un emevecista a seguir siendolo siempre. Pero personalmente pienso que muchas veces las definiciones pueden quedar un poco cortas, o no explicar del todo ¿Qué es de fondo ser emevecista?  Recuerdo una vez que me preguntaron si puede haber alguien en el mvc que no sea emevecista y recuerdo que respondi que si, porque efectivamente puede pasar.  Puede pasar que alla una persona que valla a todos los rosarios, a los servicios, agrupación, comidas, salidas, viajes, jornadas, etc. Etc. Que personalmente de fondo no sea emevecista. Si,  puede ser un gran católico pero no se si emevecista, puede sonar un poco duro pero podría pasar.

Quisiera enfocarme en el tema de la identidad y quisiera tomar dos elementos del “mvc ¿que es?” la vocación al apostolado y la eclesialidad. Creo que se puede armar toda una jornada para reflexionar sobre esto, ahora solo me limitaré a ahondar un poco desde mi propia experiencia en estos puntos.  Siempre le pregunte a Dios ¿Por qué el mvc?, podía ser cualquier grupo, cualquier movimiento, cualquier parroquia o incluso ninguna de ellas, pero Él escogió el mvc; no yo. Lo escogió Él. En su providencia hizo que un agrupado me haga apostolado, hizo que ese agrupado me invitara a un convivio y que yo accediera, hizo que una agrupación me motivara a vincularme a un servicio, hizo que animara en un convivio, e hizo muchísimas cosas así. Yo personalmente a medida en que me sentía de fondo a gusto, en que veía en mi algo distinto, un yo cada vez más yo, simplemente respondia a lo que se me pedia en su momento. Respondia porque era consciente de que me hacia bien, de que estaba cambiando, que todo mi ser se entendía perfectamente con lo que estaba viviendo y como lo estaba viviendo.

Todo mi ser iba configurándose a esta realidad que me apelaba desde lo interior, era la sensación de ir armando un rompecabezas de mi vida y que las piezas efectivamente iban calzando. Por primera vez, creo yo, mucho de lo que sentía, de lo que yo vivía por dentro, iba cobrando un sentido que al principio me resultaba novedoso, atrayente, atractivo y que hoy descubro que ese sentido siempre estuvo en mi. Dios lo deposito en mi desde siempre. Es como si Él me hubiese dicho: “tu vida calza perfectamente con esta familia de la Iglesia. Estas llamado a pertenecer a la iglesia, aquí; en el mvc”.  Y es que es verdad, así es, no me veo en lazos, no me veo en schoensttat, ni en procare, ni en los focolares, ni los neocatecumentales, en ninguno de esos y no porque sean menos o otra cosa, no. Simplemente es como si todo en mi hubiera sido pensado para encajar de fondo en el mvc. Y hay algunos rasgos que puedo decir, encajan perfectamente: el ardor apostolico, la piedad filial a María, el espíritu de reconciliación, la espiritualidad en la vida cotidiana, la vida de oración, en fin infinidad de cosas que al verlas reflejadas en el mvc digo: “gracias Señor, estoy en casa”

Hablar de identidad es hablar del sello más profundo que tiene mi corazón, es hablar de lo que marca o delimita lo que hago, lo que pienso, lo que escribo, etc. Lo marca todo, lo dice el “mvc que es”: “identidad…que marcan la vida y el compromiso de sus integrantes” y es real. Y no encuentro o no pienso que haya mejor manera de entenderlo o de reflejarlo si no es en mi propia vida, en el apostolado que hago, en la agrupación que dirijo, en el servicio al que estoy vinculado, en mi trabajo, en mi universidad, en mi amistades, en todo, en todo veo los rasgos del mvc que también hay en mí.  porque estamos hablando de mi identidad, de tu identidad, la identidad que suscito el Espíritu en Luis Fernando y en la primera generación del Sodalitium o de la familia sodalite más propiamente con los sacerdotes y matrimonios que se vinculaban, porque entonces veian en la espiritualidad algo que les respondia también a ellos, en su modo de ser, en su modo de vivir y plasmar la fe, la caridad y la esperanza. Muchos de ellos siguen con nosotros todavía hoy en los diversos países donde estamos y son el testimonio fiel de lo que es ser emevecista y de lo que es transformar el mundo para Dios como un emevecista.

Lo segundo.- Un camino de santidad:
Hablar de la identidad emevecista no es algo sencillo, de hecho creo que hay muchas cosas que he dejado fuera para entender mejor lo que es. Podría citar muchos libros, comentarios de otras personas, otros testimonios; en fin. Creo que he podido centrarme en ahondar desde mi interior en lo que es. Un camino de santidad. Y eso es estar en el mvc, estar en un camino de santidad. En el camino por excelencia que el Señor ha puesto para que yo sea santo. Porque mi identidad tiene características tan propias que no puede caber en cualquier lugar. Su concreción, su hacerse vida en la historia solo puede hacerse a través de un camino particular que hoy descubro que está en ser emevecista.

Luis Fernando dice que “vivir cotidianamente en Cristo y según Él, es el camino a la santidad” quisiera valerme de esta frase para explicar como el movimiento es un camino de santidad, con características muy particulares y como el ser emevecista conlleva un constante caminar hacia la santidad de vida.
Quisiera poder hablar de una definición muy sencilla, pero muy bonita que leí en internet de lo que es ser santo: “ser santo es ser amigo de Jesús”.  y de alguna manera así también lo entendemos en el Movimiento.  Porque como dice un sodálite; Ignacio Blanco en el libro “el camino de la santidad”: “hablar de la santidad es hablar de la meta que debe coronar todos nuestros esfuerzos COTIDIANOS”.  Y es que en eso cree fielmente el Movimiento; los emevecistas. En que yo diariamente con lo que hago, como lo hago puedo llegar a ser santo; a ser un intimo amigo de Jesús. El emevecista vive en la espera y en la esperanza cotidiana  de tratar de vivir como Jesús vivió y no de otra manera.

Ese tratar de ser como Jesús, tiene muchas facetas o caras a través de las cuales un emevecista va creciendo poco a poco en su amistad con Jesús. Una de ellas es el ardor apostólico. Algo que me pasa muy comúnmente hoy es mirar hacia atrás las cosas que he hecho o he vivido y me doy cuenta con frecuencia de que mi actitud es la de aquel que mira lo que ha vivido, lo agradece y no se arrepiente. Ahora al conversar con agrupados, amigos, amigas, etc. viéndome hacer apostolado, me entusiasmo como cuando a uno le regalan lo que tanto ha esperado. Es como si Dios en esos momentos me regalara el cielo y es que para mí que no hay mejor lugar para encontrarse con Dios que haciendo apostolado, que anunciándolo, que llevándolo a otros; porque eso es lo que quiere de mi, de ti. Una palabra, un gesto, un símbolo que acerque al Señor a otras personas y ese  es un medio; el medio por excelencia a través del cual un emevecista se hace santo, llevando a otros al Señor.

Otro elmento importantísimo es la piedad filial a Santa María. Tan propia de los emevecistas,  tan propia de la Iglesia. La Madre siempre ha tenido un lugar privilegiado en el corazón del mvc. Para nosotros ella es escuela de discipulado, de fe, de oración, de vida cristiana.  Y como emevecistas no podemos dejar de acercarnos a ella en todo momento, no podemos dejar de volver la mirada a su corazón. Nos nace decirle: “María ayúdame a ser como Jesús, ayúdame a acercarme a Él, enséñame a ser su amigo.” Para el emevecista, Ella es modelo de acogida y de fidelidad al Plan de Dios y nos lo enseña siempre con su generoso hágase que pronuncio a lo largo de toda su vida. Y es que de verdad, nadie me puede ayudar a acercarme a Jesús mejor que Su Madre, aquella que en el orden de la gracia, también es mi madre que me ama profundamente y que me va a ayudar a ser uno con Jesús como lo es ella. Solo quisiera terminar diciendo que la espiritualidad del movimiento es la espiritualidad de Maria, ese el camino por excelencia a través del cual un emevecista camina a la santidad cotidianamente siendo cada día más amigo de Jesús, viviendo en Jesús y con Él.

2 comentarios:

  1. ... "al conversar con agrupados, amigos, amigas, etc. viéndome hacer apostolado, me entusiasmo como cuando a uno le regalan lo que tanto ha esperado. Es como si Dios en esos momentos me regalara el cielo y es que para mí que no hay mejor lugar para encontrarse con Dios que haciendo apostolado, que anunciándolo, que llevándolo a otros; porque eso es lo que quiere de mi, de ti. Una palabra, un gesto, un símbolo que acerque al Señor a otras personas y ese es un medio; el medio por excelencia a través del cual un emevecista se hace santo, llevando a otros al Señor."

    Así soy feliz!
    Sônia Cunha Campos
    Madre Sodálite

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bueno conocer a una mamá orgullosa de ser parte de esta gran espiritualidad! nada hay más hermoso que el misterio por el cual Dios nos permite que seamos ese puente que lleve a otros hacia Él.

      nunca hay que dejar de hacer apostolado!

      Eliminar