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Testigos de la Luz

jueves, 9 de julio de 2009

Crisis de valores - crisis familiar y religiosa

Hoy en día en este, nuestro mundo contemporáneo, los valores son algo que se han perdido, se han convertido en algo casi inaccesible; ya sea, por el consumismo, el humanismo capitalista, la globalización, entre otras. Han hecho de los valores algo relativo.
Hoy en día el sujeto se ve como un target; algo que hay que dominar, nada vale por si mismo sino por la utilidad que representa frente a algo, es un probable competidor.
Los valores son aquellos que determinan nuestro comportamiento ante cualquier situación en nuestra vida; los valores son las herramientas más útiles para la plena realización del ser humano. Han sido los medios de comunicación y la sociedad misma los que se han encargado de hacer desaparecer la validez de los valores puesto que dentro de su plan globalizante los valores y la ética son un freno.

Es imposible decir que una crisis de valores está desligada de una crisis familiar, puesto que la familia es el núcleo de la sociedad y el primer agente transmisor de la moral del ser humano; es de la familia donde uno recibe la primera formación acerca de sus comportamientos iniciales, los fundamentos éticos que deben gobernar a la persona a través de su vida; es ahí donde transcurren los primeros procesos de socialización.

Los jóvenes y el ser humano en general infieren los valores de su entorno; especialmente de su entorno familiar. Por lo tanto, una familia con falta de valores, cultiva hijos con falta de valores; los cuales si se forjan así en gran mayoría veremos cómo se da plenamente la crisis de valores en la sociedad, transformándola en fría, superficial, desinteresada y enmascarada; aturdida entre prisas y ruidos.

Aquí en la sociedad, actualmente se mezclan los valores con los anti-valores; cada uno buscando responder al anhelo de felicidad plena del hombre. Por lo tanto, es imposible también decir que la crisis de valores está desligada de una profunda crisis religiosa, pues mientras la una habla de relativismo, la otra habla de absolutismo. No podría ser de otra manera pues los medios de comunicación nos infunden un sinfín de valores aparentes que se introducen en los hogares logrando así lo que se podría llamar un secularismo de valores y es por esto que se hace imperante y precisa la interiorización, la reflexión, la responsable toma de decisiones, el respeto y la cultivación de los verdaderos valores; aquellos sujetos a su norma y la praxis de la misma que debe ser en esencia siempre la misma; estos son los verdaderos valores, los que se adaptan más no cambian.

Esto es lo que se debe buscar vivir, valores que desde siempre han tenido un trasfondo religioso, lo vemos desde el inicio de las primeras comunidades cristianas y desde los inicios de las naciones independientes. Valores que nos llevan a través del Amor al prójimo más cerca de Dios y de nuestros hermanos humanos.

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