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Testigos de la Luz

domingo, 30 de octubre de 2011

Leyendas negras de la Iglesia: el mito de la Papisa Juana



No es raro que muchos de nosotros hayamos escuchado en algún momento este fantástico relato de la famosa “papisa Juana” uno de los argumentos más fuertes de los protestantes para decir que la Iglesia Católica se ha desvirtuado y ya no es la Iglesia de Cristo.

Lo sorprendente de este mito/leyenda es que fue difundido precisamente por unos protestantes alrededor del siglo XIII y desmentido algunos años después por nada menos que un protestante. Pero hay muchos que todavía la creen y la siguen repitiendo, confundiendo no solo a los no-católicos sino a los mismos católicos que no conocen ni un poco superficialmente las luces y sombras que han habido en la Iglesia.

La historia –que tantas veces repetida distinta ya no concuerda mucho en las fechas- trata de enmarcar este personaje alrededor de los siglos IX y XI dando algunos nombres a este personaje como: Inés, Gilberta, Ute, entre otros.
La leyenda habla de que esta mujer era una persona extremadamente pobre que cerca del pueblo en donde vivía encontró el cuerpo de un monje muerto por la peste y decide quitarle el hábito para venderlo. Habiendo llegado a su casa, se le ocurre la idea de raparse y tomar el hábito del monje, haciéndose pasar por uno, y predicar por los pueblos la palabra de Dios. Era conocedora de las escrituras y su fama creció tan rápido que le cedieron una iglesia, después fue nombrada obispo, luego cardenal y finalmente elevada a la dignidad de Pedro como Papa; donde tomo el nombre de Juan.  La leyenda cuenta ella tuvo un amante en secreto y que quedó embarazada, nadie la descubrió sino hasta que en una ceremonia oficial estaba haciendo la entrada con la corte papal y viniéndole los dolores de parto dio a luz durante la procesión.

El protestante que se alzó en contra de esta leyenda fue precisamente David Blondel (1590-1655) , que publicó sus resultados en Ámsterdam en 1647 y 1657. Antes de él, Onofrio Panvinio, Monje Agustino (Vitae Pontificum, Venecia, 1557). Relatando la verdadera historia que habla de que el papa Juan VII o Juan VIII recibió ese apodo en vida de “papisa Juana” por lo que sus opositores consideraron debilidad por parte suya ante la Iglesia de Constantinopla que ejercía presión política y social en las decisiones del papado y las relaciones de la Iglesia en el mundo.

El mito ha sido fuertemente debatido y comprobada su falsedad desde todos los ángulos, les compartimos un poco de bibliografía ilustrativa sobre esta leyenda negra de la Iglesia:

·         C. D´Onofrio, Mille anni di leggenda (Roma 1978).
·         La papesa Giovanna (Roma 1979).
·         M. Praz, La leggenda della papessa Giovanna.
·         Boureau, La papessa Giovanna, storia d´una leggenda medioevale (Torino 1991).
·         Arraíz, José M. “apologética para el mundo”

viernes, 21 de octubre de 2011

Los sacerdotes en nuestro tiempo



Un colaborador nos ha hecho llegar un conferencia muy especial que dio el Card. Mauro Piacenza, Prefecto de la congregación para el Clero, en un encuentro con los sacerdotes. tras haberlo revisado, publicamos extractos de la conferencia que tratan justamente sobre la identidad y postura de los sacerdotes en nuestro tiempo.
Vivimos en un mundo inestable. Existe una inestabilidad en la familia, en el mundo del trabajo, en las diversas asociaciones sociales y profesionales, en las escuelas y en las instituciones. El sacerdote debe ser, sin embargo, constitucionalmente un modelo de estabilidad y de madurez, de entrega plena a su apostolado. En el camino inquieto de la sociedad, se presenta con frecuencia un interrogante a la mente del cristiano: «¿Quién es el sacerdote en el mundo de hoy? ¿Es un marciano? ¿Es un extraño? ¿Es un fósil? ¿Quién es?».

La secularización, el gnosticismo, el ateísmo, en sus varias formas, están reduciendo cada vez más el espacio de lo sagrado, están chupando la sangre a los contenidos del mensaje cristiano. Los hombres de las técnicas y del bienestar, la gente caracterizada por la fiebre del aparentar, experimentan una extrema pobreza espiritual. Son víctimas de una grave angustia existencial y se manifiestan incapaces de resolver los problemas de fondo de la vida espiritual, familiar y social.

«Dios es una inútil hipótesis - escribió Camus - y estoy perfectamente seguro de que no me interesa». Si después tuviéramos que dirigir la mirada al conjunto del panorama de los comportamientos morales, no podríamos no constatar la confusión, el desorden, la anarquía que reina en este campo.  En este contexto, la vida y el ministerio del sacerdote adquieren importancia decisiva y urgente actualidad. Mejor aún - permitídmelo decir - cuanto más marginado, más importante es, cuanto más considerado superado, se convierte en más actual. Todos sienten la necesidad de reformas en el campo social, económico, político; todos desean que, en las luchas sindicales, y en la proclamación económica se reafirme y se observe la centralidad del hombre y el perseguimiento de objetivos de justicia, de solidaridad, de convergencia hacia el bien común.

Todo esto será sólo un deseo, si no se cambia el corazón del hombre, de tantos hombres, que renueven por su parte la sociedad. Es justo que el sacerdote se inserte en la vida, en la vida común de los hombres, pero no debe ceder a los conformismos y a los compromisos de la sociedad. ¿A qué serviría un sacerdote tan semejante al mundo, que se convierte en sacerdote mimetizado y no en fermento transformador? Ante un mundo anémico de oración y de adoración, el sacerdote es, en primer lugar el hombre de la oración, de la adoración, del Culto, de la celebración de los santos Misterios. 

Ante un mundo así el sacerdote debe hablar de Dios y de las realidades eternas y, para poderlo hacer con credibilidad, debe ser apasionadamente creyente, ¡como también ser “limpio”! debe aceptar la impresión de estar en medio de la gente, como uno que parte de una lógica y habla una lengua diversa de los otros. Él no es como “los otros”. Lo que la gente espera de él es precisamente que no sea “como los demás”. responde a las exigencias de la sociedad, haciéndose voz de quien no tiene voz: los pequeños, los pobres, los ancianos, los oprimidos, marginados. No pertenece a sí mismo sino a los demás. No vive para sí y no busca lo que es suyo. Busca lo que es de Cristo, lo que es de sus hermanos. Comparte las alegrías y los dolores de todos, sin distinción de edad, categoría social, procedencia política, práctica religiosa.

El sacerdote no dudará en entregar la vida, o en una breve pero intensa temporada de dedicación generosa y sin límites, o en una donación cotidiana, larga, en el estilicidio de humildes gestos de servicio a su pueblo, debe ser contemporáneamente pequeño y grande, noble de espíritu como un rey, sencillo y natural como un campesino. Un héroe en la conquista de sí, el soberano de sus deseos, un servidor de los pequeños y débiles; que no se humilla ante los poderosos, pero que se inclina ante los pobres y pequeños, discípulo de su Señor y cabeza de su grey.

La esperanza del mundo consiste en poder contar, también para el futuro, con el amor de corazones sacerdotales límpidos, fuertes y misericordiosos, libres y mansos, generosos y fieles. Amigos, si los ideales son altos, el camino difícil, el terreno quizás menos minado, las incomprensiones son muchas, pero todo podemos con Aquel que nos da fuerzas (cfr. Flp 4,13). Más allá de las inquietudes y contestaciones que agitan el mundo, y se hacen sentir también dentro de la Iglesia, están en acción fuerzas secretas, escondidas y fecundas en santidad.

martes, 18 de octubre de 2011

"¡Tienen que encontrar eso que aman!" - Steve Jobs

Publicamos en esta ocasión uno de los discursos más famosos del recientemente fallecido Steve Jobs, cabeza y fundador de Apple Inc., Pixar Studios y otras tantas compañías. su ímpetu por la búsqueda del destino y su pasión por el trabajo hecho desde el corazón, viendo en el una oportunidad de despliegue personal nos motivan hoy a reproducir partes de este discurso:


Me retiré del Reed College después de los primeros 6 meses, y seguí yendo de modo intermitente otros 18 meses, o más, antes de renunciar de verdad.
Entonces ¿por qué me retiré?
Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era joven, estudiante de universidad graduada, soltera, y decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací, decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña. De ese modo, mis padres que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche preguntándoles: "Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?".
Ellos dijeron "Por supuesto". Posteriormente, mi madre biológica se enteró de que mi madre nunca se había graduado en una universidad y que mi padre nunca se había graduado en la enseñanza media. Se negó a firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.
Luego a los 17 años fui a la universidad. Sin embargo, ingenuamente elegí una universidad casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres de clase obrera fueron gastados en mí matrícula. Después de 6 meses yo no era capaz de apreciar el valor de lo anterior. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y no tenía idea de la manera en que la universidad me iba a ayudar a deducirlo.
Y aquí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Así que decidí retirarme y confiar en que todo iba a resultar bien. Fue bastante aterrador en ese momento, pero mirando hacia atrás fue una de las mejores decisiones que tomé. Apenas me retiré, pude dejar de asistir a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a asistir irregularmente a las que se veían interesantes.
No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el piso de los dormitorios de amigos, llevaba botellas de Coca Cola a los depósitos de 5 centavos para comprar comida y caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos en la noche para conseguir una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. La mayor parte de las cosas con las que tropecé siguiendo mi curiosidad e intuición resultaron ser inestimables posteriormente.

Les doy un ejemplo: en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Debido a que me había retirado y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía para aprender. Aprendí de los tipos serif y san serif, de la variación de la cantidad de espacio entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que es.
Fue hermoso, histórico, artísticamente sutil de una manera en la que la ciencia no logra capturar, y lo encontré fascinante.
Nada de esto tenía incluso una esperanza de aplicación práctica en mi vida. No obstante, diez años después, cuando estaba diseñando la primera computadora Macintosh, todo tuvo sentido para mí. Y todo lo diseñamos en la Mac. Fue la primera computadora con una bella tipografía.
Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, la Mac nunca habría tenido tipos múltiples o fuentes proporcionalmente espaciadas. Además, puesto que Windows sólo copió la Mac, es probable que ninguna computadora personal la hubiese tenido. Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y las computadoras personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen.
Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy, muy claro mirando hacia el pasado diez años después.
Reitero, no pueden conectar los puntos mirando hacia el futuro; solamente pueden conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tienen que confiar en que los puntos de alguna manera se conectarán en su futuro. Tienen que confiar en algo -su instinto, su destino, su vida, su karma, lo que sea. Esta perspectiva nunca me ha decepcionado, y ha hecho la diferencia en mi vida.

- La segunda historia es sobre amor y pérdida

Yo fui afortunado: descubrí temprano lo que amaba hacer en la vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en 10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garaje, transformándose en una compañía de US$2 mil millones con más de 4.000 empleados.
Recién habíamos presentado nuestra más grandiosa creación -la Macintosh- un año antes, y yo recién había cumplido los 30. Y luego me despidieron.
¿Cómo te pueden despedir de una compañía en la que comenzaste?
Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era muy talentoso para dirigir la compañía conmigo, los primeros años las cosas marcharon bien. 
Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un tropiezo. Cuando ocurrió, la Junta del Directorio lo respaldó a él.
De ese modo a los 30 años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera. Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta, fue devastador.
Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación anterior de empresarios -que había dejado caer el testigo cuando me lo estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle (1).
No obstante, lentamente comencé a entender algo: Yo todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y así decidí comenzar de nuevo.
En ese entonces no lo entendí, pero sucedió que ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado. La pesadez de ser exitoso fue reemplazada por la liviandad de ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en uno de las etapas más creativas de mi vida.
Durante los siguientes cinco años, comencé una compañía llamada NeXT, otra compañía llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por computadora, Toy Story, y ahora es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple.
Además, con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No pierdan la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tienen que encontrar eso que aman. Y eso es tan válido para su trabajo como para sus amores. Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creen es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen.
Si todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, sabrán cuando lo encuentren. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se detengan.

- La tercera historia es sobre la muerte
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo parecido a "Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto".
A mí me impresionó y desde entonces, durante los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: "Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?"
Y cada vez que la respuesta ha sido "No" por varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo.
Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a decidir las grandes elecciones de mi vida.
Porque casi todo -todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso- todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solamente aquello que es realmente importante.
Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna razón para no seguir a su corazón.
Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un scanner a las 7:30 de la mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. Yo ni sabía lo que era el páncreas. Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que mis expectativas de vida no superarían los tres a seis meses. Mi doctor me aconsejó irme a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte 
para la muerte. Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años, decirlo en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.
Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego al atardecer me hicieron una biopsia en que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos, pincharon con una aguja mi páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el microscopio, los doctores empezaron a llorar porque descubrieron que era una forma muy rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien.
Fue lo más cercano que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas cuantas décadas más. Al haber vivido esa experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era un útil pero puro concepto intelectual.
Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la Muerte es muy probable que sea la mejor invención de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo, ustedes son lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, gradualmente ustedes serán viejos y serán eliminados.
Lamento ser tan trágico, pero es muy cierto.
Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No se dejen atrapar por dogmas -es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog, que era una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward Brand no muy lejos de aquí en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a fines de los ‘60, antes de las computadoras personales y de la edición mediante microcomputadoras, por lo tanto, en su totalidad estaba editada usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras polaroid. Era un tipo de Google en formato de edición económica, 35 años antes de que apareciera Google: era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes conceptos.
Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog, y luego cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los ‘70 y yo tenía la edad de ustedes.
En la tapa trasera de la última edición, había una fotografía de una carretera en el campo, temprano en la mañana, similar a una en que estarían haciendo dedo si fueran así aventureros. Debajo de la foto decía: "Sean ansiosos. Sean descabellados". Fue su mensaje de despedida al finalizar.
Sean ansiosos. Sean descabellados. Siempre he deseado eso para mí. Y ahora como se gradúan para empezar de nuevo, lo deseo para ustedes.
Sean ansiosos. Sean descabellados.
Muchas gracias.
Steve Jobs