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Testigos de la Luz

martes, 15 de septiembre de 2009

los simbolos religiosos, una expresión de una cultura en el Señor


Hace poco vi un video que capto mucho mi atención porque trataba en especial sobre la profesión de la Fe como una expresión inmersa en la cultura de las personas. El video mencionado es acerca de un alcalde español en cuyo salón de sesiones había en una esquina un crucifijo del cual muchos miembros de su gabinete protestaron alegando que eso significaba atentar a la dignidad de la persona y que iba en contra de las leyes de la constitución española. Lo más interesante fue como este alcalde con pruebas contundentes y sin violar absolutamente ninguna ley derrumbó cada uno de los alegatos de los miembros de su gabinete dejando en claro que no retiraría el crucifijo de la sala.


Comento esto porque me parece un poco fuera de lugar que siendo España un país con una profesión religiosa mayoritariamente católica e históricamente un participante activo e impulsador de la evangelización de tierras americanas existan este tipo de manifestaciones anti-clericales. Y no solo lo comento por este incidente en especifico, sino porque sin darnos cuenta muchas veces en nuestro país o países hermanos también pasan estas cosas. Hace tiempo escuche de un sacerdote que: “nosotros (los sacerdotes) somos la conciencia de aquellos que caminan siempre en dirección al pecado y de los hermanos de otras profesiones religiosas”. Y poniéndome a reflexionar en torno a eso me convenzo cada vez más de que no es solo los sacerdotes, sino más bien que todo católico que vive con fervor y coherencia su fe es la conciencia de todos aquellos que por diversos motivos no lo hacen.


Ahora entrando en el tema yo me pregunto ¿Cómo es que un crucifijo puede atentar a la dignidad humana? Nosotros como católicos sabemos y creemos indudablemente que la cruz es signo del Infinito Amor de Dios para con los hombres y signo de reconciliación con Dios. La Cruz no atenta a la dignidad humana porque no es símbolo de muerte sino de Vida y Vida en abundancia; la Cruz en toda su expresión esclarece la grandeza del fin último del hombre como ser creado por el Amor y para amar y dignifica la realidad humana al punto de reconocer la filiación divina que posee como “hijo en el Hijo”.


En verdad que el hombre como tal, es un forjador de cultura, porque la cultura es todo en cuanto reposa la expresión del hombre, por eso se habla de arte cultural, cultura de música, cultura social, entre otras tantas expresiones. Entonces, siendo que el hombre es un forjador de cultura debe siempre buscar plasmar en toda su actividad aquellas expresiones que reflejan sus anhelos más profundos. Por eso se esclarece el ¿Por qué? De este alcalde español de dejar en la sala de sesiones aquel crucifijo. Porque es más que un simple crucifijo, es expresión de su creencia más profunda, de su anhelo de configuración con el Señor y de sus ansías por trabajar con Él por la construcción de una sociedad cada vez más justa y reconciliada.


El testimonio de este hombre, es un testimonio de fe que acoge al Señor en su corazón y le abre las puertas a todo su actuar en su misión ultima de ser apóstol del Señor y trabajar sin cansancio por la reconciliación. Es un testimonio que ejemplifica cuan necesaria es nuestra profesión de fe como católicos comprometidos con el evangelio que es símbolo universal de paz y amor. Es testimonio que afirma que es necesario y realmente posible trabajar por construir cada vez más una cultura en el Señor.

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