Sucribete a nuestro feed

Testigos de la Luz

lunes, 14 de junio de 2010

Un mundo de opciones

El siglo XXI es un siglo de opciones. En nuestros días –como antes- la toma de decisiones tiene una fuerza que por los vaivenes del mundo se ha debilitado cada vez más, dice pues la canción de un grupo de rock –anunciando con fuerza las propuestas del mundo sobre esto- “no todo es blanco o negro; todo depende del matiz. Mira y aprende a distinguir […] todo puede ser gris”. La frase para la gente que los escucha no es relevante, la melodía que la acompaña la disfraza y la hace hasta cierto punto atrayente, pero lo que realmente anuncia aquella frase es el preludio de lo que hoy conocemos como las bases de una sociedad relativista. Otra canción también secunda este pensamiento diciéndole al mundo “todo depende”.

El mundo nos vende la idea de las verdades multiformes. Para los criterios de la gente ya nada es absoluto; ni siquiera la afirmación en sí misma lo cual indudablemente es una desfachatez y una burla a la lógica humana. El subjetivismo que reina en nuestra sociedad del hoy y del mañana hace de las teorías y de las especulaciones un criterio de validez infalible y de la filosofía la madre ideal. Incluso sabiendo que la gente de hoy tiene pereza de pensar y desarrollar.

El famoso pensador Guillermo de Ockam -podríamos llamarle- “el padre del relativismo moderno” en su búsqueda de una respuesta a las verdades del hombre, según los criterios del mundo, plantea una forma de pensar individual y ante este panorama –según el mundo- la Iglesia es un ente controlador; una hipótesis más de la mente del ser humano que trata de explicar al ser humano. Dice «algo anticuado que al no vivir según el hombre que progresa poco a poco se va a deteriorar», falsa afirmación para el católico que cree en lo que el mismo Jesús nos ha prometido «las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella».

Pero siempre hay que tomar opciones; buenas o malas, en nuestra búsqueda de la felicidad al contrario de lo que el mundo plantea siempre debemos optar por algo. Siempre lo estamos haciendo, aún muchas veces sin darnos cuenta. Para llegar a donde queremos, a donde ansiamos; las decisiones son fundamentales. El que no opta es como un camarón que se duerme y la corriente se lo lleva y lo aleja de su destino –si es que no lo mata en el trayecto- pero el que opta es como un rompe olas de piedra donde por más que la corriente sea fuerte este permanece firme; la corriente no lo lleva.

El Papa Benedicto XVI nos dice que «creer vuelve a ser la sal de la tierra que hiere y sana a la vez; es la llamada que reclama una toma de postura» y es que el mundo de hoy nos exige una respuesta y es tiempo. ¡Debes optar! Es el Señor quien te dice hoy personalmente « ¿Tú también te irás?». Tu corazón que clama por respuestas, tu hambre por lo que nunca se acabe, por la eterna felicidad te grita desde dentro “¡Opta por Él; Verdad, Bien y Belleza totales!”

No hay comentarios:

Publicar un comentario