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Testigos de la Luz

miércoles, 27 de mayo de 2009

Crisis de Verdad en la Educación


INTRODUCCIÓN
Viendo la psicosis apresurada con la que el mundo quiere avanzar, incluso a costa de la moral y la razón, me situé en la intención de los centros educativos y de toda institución o personas particulares, que de una u otra forma pretenden transmitir conocimientos.
Digo transmitir y no enseñar, debido a que, como lo decía un Cardenal: la verdad es la meta de todo conocimiento[1], y siendo la verdad aprehensible, más no modificable, no es posible que se enseñe, sino que, solo puede transmitirse, íntegra e inmutable, como es.

Decía pues, la intención de éstos. ¿Cuál es verdaderamente?, o en tal caso ¿En qué fundamento se apoyan para su intención?

Hablando de mi propia experiencia como estudiante, puedo en la voz de muchos, decir como tantos que, la búsqueda y transmisión de la verdad en las instituciones educativas, es tan falsa como el bienestar que trae el relativismo.
Y es que, la preocupación por parte de los docentes porque el mundo sea un lugar más justo y reconciliado se ha transformado en una esperanza utópica en la que “todos debemos colaborar para que se convierta en una fábula”.

RELATIVISMO ABIERTO Y ALENTADO
Se vive en un ambiente netamente “liberal”, en el que cada quien puede formular su verdad, siempre y cuando no genere una polémica verdadera, en la que se quiera encontrar la Verdad Absoluta.
Fruto de esto, en vez de darnos herramientas para forjar una cultura de vida, se nos enseña a respirar y vivir bajo una falsa “tolerancia”, para así ya no ser “yo”, sino parte del “nosotros”.

No es permitida a la Verdad como algo que puede llegar a conocerse de una forma clara y concisa, como una sola, mucho menos como una Única Persona.
Y es que en el pensamiento de cualquiera puede estar el que, tanto mi idea como la suya “deben” ser respetadas por igual. Cosa que es sin duda algo muy correcto e innegable. Pero no es por esto posible, que su verdad y la mía sean ambas válidas, puesto que de ser ambas válidas, automáticamente ninguna es verdadera.
Puesto que si dos más dos son cuatro, y alguien dice que son cinco, respetaría bastante su respuesta, mas yo sé que no es correcta, y la que es verdadera es la que debe prevalecer.
No es una cuestión de quién tiene la razón y quién no la tiene, sino que, es el respetarse entre ambos, no colaborando con la ignorancia del otro, sino más bien ayudándolo a salir de la misma.

Por desgracia no todos los conocimientos que se enseñan son como las ciencias exactas, razón por la cual, la mayoría de las materias a las que están sujetas las ciencias, son objeto de un relativismo completo.
¿Cuál es pues, el fin de transmitir el conocimiento, si no es para transmitir la verdad?

Como última consecuencia de este relativismo alentado, tenemos lo “políticamente correcto”, que es abiertamente promovido, especialmente en las universidades.
Esto nos exige aceptar todo aquello que venga de otras culturas y corrientes filosóficas debido a este mundo globalizado. Pide sin más, descartar todo lenguaje objetivo apegado a la verdad, debido a que se considera “ofensivo” o “agresivo” para otras personas que no comparten “nuestra” verdad.

Y es que es sin duda, el mal uso del lenguaje, uno de los mayores factores que inciden en la crisis de verdad que se vive en la transmisión de conocimientos, que junto a una crisis moral conllevan a la creación de los eufemismos.

PENSIONE DEBOLE
En castellano “pensamiento débil”, es ocasionado por lo “políticamente correcto”.
Este pensamiento débil es uno de los puntos más graves y serios que afectan a estudiantes y a docentes.
No es ya un factor sino una consecuencia del adaptarse a esta forma de vida sistemática, en la que todo es peligrosamente tolerado. Puesto que, ya no solamente que no se cree en la Verdad Absoluta, sino que al no conocerla, la vida de la persona deja de tener un sentido verdadero y trascendente que lo lleve a desarrollarse y desplegarse plenamente como persona humana.

Como resultado trágico y verdadero, nos enfrentamos ante estudiantes universitarios y colegiales que, no solamente que han perdido el sentido de sus vidas y poseen un pensamiento débil, sino que, son completamente inseguros y experimentan en muchos casos desórdenes emocionales o problemas de valoración, debido a la fragilidad de sus criterios y la falta de verdad en sus vidas.
Cuestiones que para los centros educativos debe ser una prioridad, por tratarse de la formación integral de la persona al ser la verdad algo connatural del hombre.

LA VERDAD ES UNA PERSONA Y PUEDE CONOCERSE
Jesucristo es sin duda un nombre que, no pocas veces trae debates polémicos y tantos criterios como “verdades” subsisten en el pensamiento de cada estudiante y docente.
La Persona de Jesucristo ha llegado a ser rebajada al mismo nivel de trato que, temas como el aborto, la eutanasia, la eugenesia o las creencias religiosas.

Con esto no quiero referirme de ninguna manera a que, el nombre de Jesucristo deba ser pronunciado y enseñado. Sino que, el tener a Jesucristo como fundamento de la enseñanza de las ciencias las convierte en ciencias de Verdad. Pues, como el Señor es solo Uno, solo una es la verdad de la ciencia que se transmite a los estudiantes.

Verdaderamente la transmisión de estos conocimientos, y el promover la búsqueda incesante de la verdad, lleva de forma inevitable a la persona a un encuentro seguro e ineludible con la Persona de Jesucristo, desde cualquier ámbito de la educación y bajo cualquier método que promueva la auto-formación de los alumnos.

 

LA LIBERTAD DEL HOMBRE ESTA BASADA EN EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD
La educación al igual que el hombre sufren incesantemente una verdadera prisión, en la que ambos son privados uno del otro.
Puesto que, tanto los docentes que transmiten una falacia trastocada como los estudiantes que poco o nada les importa ser parte de la prostitución de la verdad. Son partícipes directos de la verdadera esclavitud del hombre.
Increíblemente el factor más influyente en la crisis de verdad en el mundo, radica en ésta educación que comienza ya desde los colegios y continúa en las universidades.

En tiempos de antaño el hombre vivía otro tipo de esclavitudes que invitaban al corazón del hombre a luchar por lo que defendía. Ahora, la diferencia entre esos tiempos y los nuestros es que, no tenemos ya qué defender, y aún así seguimos siendo esclavos. Y es que, la única explicación de esta tragedia es que, aquello que en antaño se defendía se fundaba en la verdad, mas ahora que la verdad ha sido opacada por el relativismo en todos sus niveles, hemos perdido lo que podríamos defender.

 

Como una conclusión no me es posible resumir la problemática que se vive en la educación, sin embargo es posible evidenciar con las causas, las soluciones.
En definitiva estamos llamados a ser forjadores de una cultura, para llegar a ese mundo más justo y reconciliado que indirectamente anhela el hombre, dándolo a entender a través de sucedáneos.
Es estrictamente necesaria, no ya la transmisión de los conocimientos, sino el pregonar la Verdad a través de los mismos. Sin olvidar desde luego que, será esta una idea solamente, si es que no se cree que la Verdad es Jesucristo, mucho menos si sabiéndolo no es conocido.
El ambiente de las universidades y los colegios comprende el campo de apostolado más importante después de la familia. E indudablemente, lo que en estas etapas se aprende condicionan la forma de vida del hombre, a pesar de no determinarla.

Comprende verdaderamente una injusticia social el reverenciar al relativismo, así mismo como comprende una responsabilidad ineludible el ser cristiano y evidenciar a Jesucristo en estos ambientes, puesto que, siendo docente o siendo estudiante, son portadores de la Verdad.



 

 



[1] Ver John Henry Newman, The idea of a University 

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